
La franquicia Lizarran, conocida en el sector de la restauración organizada por su variada carta de pinchos, acaba de lanzar al mercado una fusión del bocata y el pincho: el bocapincho, una fusión de sabores y texturas.
El bocata y el pincho, son las tapas y las comidas que han servido para alimentar a generaciones durante el almuerzo, y que actualmente son tendencia por separado en los bares de la franquicia Lizarran, que ahora renuevan su carta introduciendo una nueva forma de comerlos juntos, pero manteniendo el palillo tan característico.
El bocapincho es un bocadillo con corazón de pincho en el que hasta 5 ingredientes pueden compartir espacio entre 2 panes crujientes recién horneados. Las recetas clásicas de la compañía son reinventadas en en combinaciones de secreto ibérico, acompañado de salsa romesco, cebolla y tomate semi seco o el gran embutido de origen de origen vasco-navarro y aragonés, la chistorra, con un queso de pasta blanda como el brie, pimiento verde y huevos de codorniz.
Esto son unas de las pocas recetas que los clientes de Lizarran podrán encontrar en todas sus franquicias si piden un bocapincho, el elemento estrella de Lizarran que planea conquistar el paladar de los más exigentes.