Cuando se plantea la disyuntiva entre montar un negocio independiente o invertir en una franquicia, este punto es determinante. Con la franquicia tengo un amplio camino recorrido que de otra manera tendría que andar. Definir una oferta de productos, buscar proveedores de los mismos, escoger la decoración, el nombre comercial, los equipos a incorporar, aprender a manejarlos, saber cuál es la mejor ubicación y muchísimas cosas más. En la franquicia todo esto está resuelto. Y sólo debo pensar en realizar la inversión, formarme y vender (que no es poco). Del resto se ocupará el franquiciador. Suena bien que me proporcionen todo esto.
Haga una comparativa de todo lo que necesitaría hacer para montar el negocio por su cuenta. Y lo que necesita para hacerlo a través de la integración en una franquicia, describiendo una a una las necesidades en cada caso. Se sorprenderá de la diferencia. Y además tenga en cuenta un pequeño detalle, en el primer caso sus posibilidades de fracasar son muy superiores.
Qué diferencia a la franquicia
Como dice la publicidad de una franquicia de bocadillos reconocida: «Lo más duro de los negocios es empezar, entonces, ahorrémonos esa parte». La franquicia le ofrece la oportunidad de comenzar un negocio propio de una forma ágil, rápida y sencilla.
Esa división de funciones tiene un sentido fundamental: conseguir que cada parte se ocupe de lo que puede hacer mejor. Y de esta manera que el franquiciado dedique más tiempo a lo que más beneficios reporta: vender. Ese es sin duda uno de los elementos diferenciadores del sistema de franquicia frente a otras opciones como los negocios independientes.
En cualquier caso como ya hemos reconocido en otros posts anteriores, es fundamental analizarse a uno mismo para saber si nuestro perfil cuadra con el perfil del buen franquiciador. No todo está en manos del franquiciador. Nosotros tenemos que poner de nuestra parte para que el negocio fluya y la cadena. No hay mejor publicidad que la de pertenecer a una cadena o una marca reconocida en el mercado. Porque en ese caso tendremos la mitad del trabajo enfocado a hacer entrar a los clientes por la puerta de nuestro negocio, ya hecho.