La franquicia es sin duda un camino hacia el éxito comercial
Resulta fácilmente comprensible la atracción de emprendedores y empresarios de todo el mundo hacia este sistema. Ello se desprende de las estadísticas que, tanto a nivel nacional como supranacional, demuestran el asentamiento de esta modalidad de comercio minorista. Sólo en España se han producido unas 9.000 aperturas al año. O lo que es lo mismo, se abre una franquicia cada hora aproximadamente.
La franquicia fracasa menos que el comercio tradicional
Las cifras hablan por sí solas. Mientras que el comercio tradicional tiene una tasa de mortandad bastante elevada (un número alto de negocios no permanece abierto más de dos años). La franquicia tiene unos ratios mucho más favorables (únicamente un 5 – 7% de las franquicias fracasa).
Con estos números es más que lógico que en países como EE.UU. el porcentaje de comercio que se mueve a través de la franquicia sea superior al 50%. Mientras que en entornos como el nuestro ronde el 10%, aunque con una marcada y constante línea ascendente. De hecho hay sectores en los que la franquicia empieza a tener un predominio abrumador y una presencia cada vez más fuerte. Tintorerías, mensajería, cafeterías, moda y fast-food, por citar algunos de los más representativos.
Estos hechos no son fruto de la casualidad y sí de un trabajo bien hecho durante años, de una investigación constante y dirigida a ser más competitivos en un entorno que lo exige. Y, sobre todo, de la inversión constante en crear unas marcas fuertes, reconocidas y demandadas por el público. Esto último, la marca, constituye el principal activo de la franquicia. Y es el motivo fundamental por el que los clientes se acercan a las mismas.
Dos ventajas frente al negocio independiente
La decisión de convertirse en franquiciado suele ser la consecuencia de dos ventajas ofrecidas por este sistema. Y que resaltan sobre todas las demás. Una de ellas la acabamos de ver, supone una reducción del riesgo espectacular frente a establecerse por cuenta propia y de manera independiente.
La otra, también importante, es el sensible ahorro de tiempo en el desarrollo de un negocio (entre dos y seis meses) puesto que se proporciona todo perfectamente estandarizado. La ventaja no es sólo que todo está perfectamente estudiado, hasta el más mínimo detalle, sino que además funciona.
Recordemos esto de que alguien «sabe hacer las cosas» (saber hacer) porque ahí está la clave de todo. Si una franquicia no proporciona este saber hacer no vale la pena apostar por ella. Si la franquicia presenta ventajas frente al comercio iniciado a título propio, no debemos renunciar a obtener dichas ventajas.