Todo franquiciador adopta varios papeles en el desarrollo de su actividad. Papeles especialmente relevantes para poder cumplir con los objetivos previstos en los planes de expansión y crecimiento del negocio. Aquí te explicamos con más detalle la importancia de los roles del franquiciador al frente de una franquicia.
Si una empresa se decanta por la fórmula de la franquicia para expandirse y llegar a nuevos mercados, tendrá que hacerlo partiendo de una filosofía de desarrollo claramente diferencial y característica. Es decir, el franquiciador deberá compartir todos los esfuerzos de crecimiento con otras empresas. Y esto tan sólo será posible con el establecimiento de acuerdos equilibrados, basados en la ganancia mutua.
Además, no bastará con la simple concesión de derechos de uso de marca y de distribución exclusiva en una zona. De hecho, identificar así una franquicia simplificaría enormemente la dinámica de un tipo de relaciones empresariales que, en su configuración, resultan mucho más complejas. Pero como en cualquier otro acuerdo de asociación entre empresas, una relación de franquicia conlleva una serie de obligaciones y derechos. Para ambas partes. Tanto franquiciador como franquiciado. Son unas directrices de funcionamiento que quedarán reflejadas en el contrato que se otorgue.
Las obligaciones a las que ineludiblemente hará frente todo empresario que deseé explotar una u otra franquicia resultarán numerosas. Pero no menos cierto será que el franquiciador tendrá que acometer una serie de funciones, para que todo se desarrolle por los cauces deseados. En cualquier caso, bastará un simple vistazo a las obligaciones operativas y funcionales del franquiciador para comprobar que todas ellas -o al menos la mayoría- habrían de ser igualmente acometidas. Optase o no la empresa por la alternativa de la franquicia en un programa de expansión.
Por tanto, el franquiciador, en el ejercicio de sus funciones, adoptará diversos papeles. Todos ellos relevantes de cara a la consecución de los objetivos inicialmente previstos por las empresas asociadas. A continuación te detallamos los 10 roles del franquiciador al frente de la franquicia:
1. El franquiciador como promotor del concepto de negocio
En primer lugar, un franquiciador será ante todo quien haya creado, estructurado y organizado un determinado concepto de negocio. Y quien lo haya probado con éxito durante suficiente tiempo. La progresiva adecuación conceptual a las exigencias del mercado posicionará al empresario de cara a su posterior expansión en franquicia. Ésta será posible si la actividad goza de condiciones de viabilidad y se han podido comprobar previamente. Sin estas premisas, no tendrá sentido el término franquicia, que encontrará en el éxito de una actividad su pilar esencial.
Pero con independencia de la creación y experimentación de un cierto concepto de negocio y de las acciones necesarias para su desarrollo, el franquiciador tendrá que crear y estructurar una organización capaz de otorgar un valor añadido a todo franquiciado. No en vano, su éxito empresarial pasará siempre por el éxito de todas las unidades franquiciadas que integren la red.
2. El franquiciador como creador de la red de distribución y/o servicio
Otra de las funciones del franquiciador será la que haga referencia a todas las acciones necesarias para crear la cadena. Y para dar entrada en ella a las diversas unidades de negocio que operen homogéneamente bajo la misma marca.
Crear la red de franquicias supondrá una asignación importante de recursos financieros y humanos. Pero siempre sensiblemente inferior a la que se precisaría en un desarrollo de sucursales. Quizás sea en el desempeño de las funciones de creación de la red donde la asistencia del franquiciador se haga más evidente. Aspectos como la selección del franquiciado ideal, estudios de localización, asignación de zonas de exclusividad, proyectos de adecuación y equipamiento… También análisis de viabilidad, búsqueda de financiación, formación inicial o campañas de lanzamiento son un claro ejemplo de ello.
Con la explotación de unidades propias, el franquiciador experimentará y hará evolucionar las peculiaridades conceptuales de la actividad. Siempre adaptándolas a las directrices y exigencias del mercado. Pero en ningún caso podrá aplicar los planteamientos asociativos que concedan identidad propia al sistema. Esto requiere del desarrollo del concepto y comercialización del producto o servicio por parte de los franquiciados.
3. El franquiciador, garante de la originalidad e innovación del concepto
Todo franquiciador desempeñará el papel de manager de la red. Algo que se manifestará a través del mantenimiento y desarrollo de la originalidad e interés del concepto -por un lado- y de la rentabilidad de las actividades empresariales de los franquiciados -por otro-.
4. El franquiciador, protector de la imagen de marca
El liderazgo del franquiciador exigirá de éste un importante esfuerzo de cara a la protección de la imagen de marca. De hecho, ésta es el verdadero signo de identidad de la franquicia y uno de sus principales activos.
5. El franquiciador como animador de la red
La animación de la red será también una faceta característica de una relación franquiciada. Aunque si bien este aspecto hará necesaria la disposición de canales de comunicación fluidos entre las partes. Canales que pongan de manifiesto la conveniencia y efectividad de una información constante. Asimismo, de adecuados y continuos programas de formación. Y, por supuesto, de las estrategias de promoción y difusión del negocio en su propio mercado.
6. El franquiciador como controlador de la gestión franquiciada
Probablemente, el elemento más característico de un sistema de franquicia es el control de la gestión. Éste encontrará su fin prioritario en la detección de debilidades que puedan hacer peligrar los resultados inicialmente previstos. Por tanto, será obligación del franquiciador plantear soportes internos de gestión que hagan un seguimiento individualizado y permanente de cada centro. Esta recopilación de información permitirá a la central la elaboración de estadísticas útiles para toda la red. Al tiempo, constituirá una excelente base de datos para la presentación de los estados financieros medios a los futuros candidatos.
7. El franquiciador, asistente del franquiciado
Ante todo, un proyecto de franquicia ha de enfocarse desde la perspectiva de estrategias empresariales perfectamente definidas. Estrategias que hayan sido aplicadas con éxito por el franquiciador a través de una o varias unidades de negocio.
Los planes de asistencia no serán más que una manifestación de las tácticas con las que el franquiciador persigue abordar el mercado y desarrollar sus funciones de creación, organización y desarrollo de la red de franquicias. Por tanto, los servicios en los que se concreten los planes de apertura y asesoramiento de gestión delimitarán el ámbito en el que la central podrá hacer efectivos sus objetivos. Asimismo, llevar a la práctica los planteamientos de negocio deseados. Siempre y cuando sea una empresa independiente la que vaya a explotar el concepto.
Esta asistencia técnica y comercial dirigida al franquiciado vendrá referida a la apertura y puesta en marcha de una más de las unidades de la red. Pero también al apoyo y soporte de gestión del que los franquiciados se beneficiarán durante la vigencia de su contrato.
8. El franquiciador como descriptor de experiencias adquiridas
Dado que la franquicia se basa en la reproducción de las técnicas comerciales, operativas, económicas y de dirección-gestión de un negocio en un entorno de características previamente definidas, el franquiciador deberá disponer de los soportes adecuados para la transmisión a los franquiciados de su know how o saber hacer.
Pero no será suficiente con disponer de una clara experiencia en el ejercicio de la actividad. De hecho, será preciso identificar estas por escrito mediante la configuración de los correspondientes manuales.
9. El franquiciador, transmisor de experiencias
El franquiciador no sólo tendrá que identificar sus experiencias. También deberá asegurarse que son adecuadamente transmitidas a los franquiciados y aprovechadas por estos para el beneficio de su negocio.
Para ello, el franquiciador se valdrá de los documentos de identificación del know how. Así como de los sucesivos procesos de formación del franquiciado y de su personal. Y, por supuesto, de los servicios en que se concreten los planes asistenciales de la franquicia.
10. El franquiciador, suministrador y factor logístico de la red
Por último, el suministro a los centros franquiciados será también cometido del franquiciador. Y no solo la selección y permanente adaptación del surtido. También la negociación con proveedores, así como la optimización de la gestión de aprovisionamiento. Y el control de la calidad de los productos y de relación con proveedores.
Por tanto, no bastará con que el franquiciador defina un concepto de negocio atractivo y original. Deberá disponer también de una estructura organizada capaz de garantizar el cumplimiento de las obligaciones a las que tendrá hacer frente respecto a sus franquiciados. Esta organización del sistema se manifestará en la capacidad del franquiciador para controlar y animar su red, asistirla y proveerla. Sólo así podrá poner de manifiesto la efectividad de su liderazgo.
En definitiva, todo empresario que se planteé el desarrollo de un proyecto para franquiciar su negocio habrá de perseguir su propia capacitación para el ejercicio de las funciones más ineludibles. Así como observar la dotación y disponibilidad de los medios más adecuados. Las claves del éxito son originalidad conceptual, igualdad de las partes, mantenimiento de la relación, permanente adaptación… Y, como no, la buena fe de las partes.