Un plato de espaguetis, una pizza recién hecha… A quién no se le hace la boca agua al pensar en degustar estas comidas. Se trata de recetas que todos conocemos perfectamente. Y es que la gastronomía italiana está muy implantada en nuestro país. Y con ella se presenta una buena oportunidad para que las franquicias de pizzerías, pasta y otros restaurantes italianos hinquen el diente.
Se mueven entre la tradición y la vanguardia, aportando los platos más típicos de la gastronomía italiana o difundiendo la variedad de esta cocina. Las franquicias de restauración italiana han sabido hacerse un hueco en la hostelería de todo el mundo. Y no podía ser de otro modo en España. Aquí las coincidencias culturales apoyadas en los lazos de unión de los dos países del Mediterráneo, las han elevado a una de las posiciones principales del sector de la hostelería.
Y es que las franquicias de restauración aumentan año tras año. En concreto, en 2015 eran 61 y en 2016 un total de 62. Lo mismo ocurre si se habla del dinero que facturan. De los 2.151,5 millones de euros de 2015 se pasó a los 2.190,8 millones de euros en 2016. Son datos del Informe 2017 de la “La Franquicia en España” que realiza la Asociación Española de Franquiciadores (AEF).
Si se habla de franquicias pizzerías, pasta y otros restaurantes italianos se encuentra que los menús italianos han demostrado estar escritos en un lenguaje universal. La buena acogida entre los comensales españoles ha incentivado a los inversores a apostar por este negocio. Pese a su elevada inversión y numerosa competencia. Sin embargo, las ventajas de versatilidad y diversidad se unen a otra característica de los restaurantes italianos: su tique medio no suele ser muy elevado.
Diferenciación en la gastronomía italiana
No obstante, el mayor reto al que se enfrentan estos restaurantes es la dificultad para diferenciarse. Sin que ello suponga perder su tradición italiana. Por tanto, la diferenciación entre las franquicias que operan en el sector radica en la incorporación de nuevos platos en la oferta. Pero también en el formato de la presentación de los mismos. Yen los elementos decorativos que acompañan a cada cadena de franquicias.
Así, la competencia con la que cuentan les ha llevado a cambiar la fisonomía de las franquicias de gastronomía italiana. En el sentido de que los locales a pie de calle son ubicaciones cada vez más difíciles. Por tanto, los centros comerciales se han erigido en la gran posibilidad para su desarrollo.
El emprendedor que desee entrar en el negocio de la restauración en general tendrá que invertir inicialmente a partir de 125.000 euros por local. Es una inversión muy considerable, pero, a la vez, las expectativas son magníficas. Y, de media, el plazo de recuperación de la inversión se sitúa entre el año y medio o los dos años y medio.
Otro modelo de negocio
Una alternativa a estas grandes inversiones son los nuevos locales de pizza al corte. En los mismos podemos encontrar otro tipo de productos “take away” (o para llevar si se castellaniza el anglicismo) que se sirven con mayor rapidez. Estos negocios requieren una menor inversión. Y una de sus ventajas es que no necesitan salida de humos.
En suma, para que todo salga a pedir de boca en tu franquicia de gastronomía italiana, lo más importante es destacar por encima del resto. Por tanto, deja volar tu imaginación para conseguir diferenciarte sin dejar de lado la tradición.