Los helados son productos muy demandados en verano. Sin embargo, aunque sea en la época veraniega cuando más se consumen, hay una tendencia cada vez mayor a hacerlo todo el año. A esto se suma que las franquicias de heladerías han buscado fórmulas para llamar la atención. Así, la diferenciación, la diversificación y la variedad de la oferta hacen que estos negocios ganen adeptos continuamente.
El helado es un producto marcado por una fuerte estacionalidad, característica que ha marcado la evolución de las empresas dedicadas a su venta. Y que poco a poco se va diluyendo con la transformación de los hábitos de consumo. Así, las tendencias sociales apuntan que disfrutar de un helado como postre o merienda es un placer que nada tiene que ver con el mes del año.
Este proceso de cambio ha influido notablemente en la aparición de grandes empresas dedicadas a la producción y venta de helado. Unas compañías que paulatinamente han sustituido a las pequeñas heladerías tradicionales de toda la vida. Tiendas de barrio que contaban con una oferta reducida en comparación con las extensas cartas que se pueden encontrar en cualquier establecimiento de una cadena de heladerías.
A pesar de que el consumo de helado se desliga del verano, las cadenas de franquicias no dejan de lado las estrategias para seguir captando clientela y rentabilizando su negocio. Aun cuando la venta del producto estrella decae. Así, la diferenciación y la variedad de oferta se han convertido en la mejor arma de las empresas para mantener un volumen de ventas estable durante todo el año.
Una etapa de mantenimiento
En la actualidad, las cadenas franquicias que operan el territorio nacional han aumentado con respecto a 2016. Así, hoy en día son 21 las enseñas de heladerías mientras que en 2016 eran 20. Son datos del informe “La Franquicia en España 2017”, elaborado por la Asociación Española de Franquiciadores (AEF).
Igualmente, a esto se suma el crecimiento del número de establecimientos y del volumen de facturación. En 2016 había un total de 568 locales. Este año llegan a los 571, 57 propios y 514 franquiciados. En cuanto a la facturación, actualmente se sitúa en los 109,5 millones de euros y en 2016 era de 109 millones. Todo ello también implica un incremento en el número de empleados. Así, hay 34 trabajadores más que en 2016, llegando en total a los 1.444. Por tanto, en la actualidad las franquicias de heladerías se encuentran en una etapa de mantenimiento.
Aspectos de importancia
La apertura de una franquicia de heladerías supone:
- Una inversión inicial que se aproxima a los 150.000 euros.
- Un local de al menos 40 m2, en el que trabajen 2 o 3 personas y que facturará al cabo del año unos 230.000 euros.
Se trata de una oportunidad para montar un negocio que cuenta con todas las ventajas de un producto que arrasa durante una etapa del año y se mantiene el resto. Meses en los que el volumen de negocio permite reducir costes fijos en materia de personal y energía. También incorporar nuevos proyectos a la carta.
En definitiva, una actividad que abre las puertas a la variedad. Una riqueza que también se intuye en cada concepto, saber hacer y oferta de las enseñas que integran el sector en franquicia.
Claves del negocio del helado
Aunque la estacionalidad puede parecer un problema para mantener el nivel de ventas de un negocio también es una de las claves de estos conceptos. De hecho, en estas fechas ven como sus establecimientos se llenan y su nivel de ventas crece a la par que la temperatura en el termómetro.
Dado que es la característica más ligada a estas oportunidades, hay que decir que son muchas las estrategias para hacer frente al aspecto negativo de la relación helado-verano. Una circunstancia que, aparte de estar desapareciendo, se puede combatir añadiendo otros productos a la carta.
Una vez más, la diversificación es clave para los negocios en franquicia. Y es que brinda la posibilidad de explotar varios negocios en uno solo. De manera que la heladería se reconvierte, según la ocasión, en cafetería, pastelería, etc.
Otra ventaja de estos negocios es las economías de escala que disfrutan los asociados a la red. Cuentan con el apoyo de una central que no sólo distribuye el producto a precios bajos sino que además fabrica sus propios helados. Un punto a favor del inversor que cuenta con la garantía de que sus productos son de calidad y ajustan su coste para dejar un margen de ganancia.
La fórmula del éxito
La imagen de marca es un valor añadido a la calidad-variedad de productos de un establecimiento. Más aún ligado a un alimento. Todas las franquicias ofrecen una imagen original, colorida, alegre. Acorde con el espíritu del producto estrella que comercializan, siempre asociado a los niños, aunque disfrutado por los adultos. El hecho de que el cliente reconozca la imagen que aparece frente a él incentiva el consumo gracias a la relación que se establece si la primera experiencia ha sido satisfactoria. Otra circunstancia que está fuera de duda.
Finalmente, como en todo negocio de hostelería las tres “p” siguen siendo fundamentales para alcanzar el éxito. Esto es producto, personal y precio. La calidad del producto y el precio son factores que se cuidan mucho desde una cadena de franquicias. Ya que cuenta con los medios, recursos y posibilidades para hacerlo. Ahora bien, contar con profesionales a la altura de las circunstancias, es otro punto a tener en cuenta. La formación constituye la mejor aportación de las centrales para garantizar el saber hacer de sus empleados.
Los retos de las heladerías
En cuanto a los retos, hay que tener en cuenta otra tendencia social en alza que afecta directamente a cualquier producto alimenticio. En concreto, el cuidado de la salud y el bienestar. Y también la imagen. Así, los productos de estas franquicias tendrán que adaptarse a una demanda cada vez más exigente. Que reivindica productos naturales, bajos en azúcar pero que mantengan todas sus cualidades.
Otro aspecto a cuidar será el local, pues hay que tener en cuenta que un establecimiento atractivo siempre llama más la atención que un espacio poco cuidado. Contar con una amplia fachada, bien ubicada y con unas dimensiones que permitan la implementación de una imagen llamativa marcará la diferencia en el sector.
En definitiva, el mercado de venta de helados atraviesa un momento de consolidación. Mientras que se adapta a las nuevas tendencias en materias de consumo. Marcadas por un gusto creciente de consumir helados en cualquier época del año. Pero sin olvidar que una oferta variada es el éxito de todos los negocios. Especialmente si el producto que compone la base de nuestra carta es tan homogéneo de un concepto a otro.