Nos gustan las franquicias de outlets. Cada vez más. De un tiempo a esta parte ha comenzado a calar hondo este peculiar formato de tienda. Es una de las opciones más atractivas para que fabricantes y distribuidores den salida a stocks, restos y taras. También para el consumidor, que se ve seducido por descuentos de hasta el 70% en muchos productos de lujo.
La ropa de marca seduce a cualquiera. Ya sea por su exclusividad, por la calidad de sus tejidos o por sus mejores diseños. Y aunque parezca que, por sus elevados precios, es inaccesible para muchos, existe un concepto que ha derrumbado esta barrera. Así, vestir moda de lujo ya no es privilegio de unos pocos gracias a las franquicias de outlets. Se trata de establecimientos comerciales especializados en la venta de artículos de marca a un precio inferior al habitual. En ellos, los clientes pueden comprar todo tipo de ropa y complementos con descuentos de hasta el 70%. Por lo general venden restos de colección, muestrarios y productos descatalogados o con taras.
Las tiendas outlets han ganado popularidad en los últimos años. Y muchos son ya los que prefieren acudir a estas franquicias antes que comprar en establecimientos habituales. De hecho, estos centros han aumentado su número de visitas. Pero, a pesar de que cada vez más gente escoge las franquicias de outlets para hacer sus compras, no es un sector que abunde dentro de la gran distribución. Según la Asociación Española de Centros Comerciales (AEDECC), los outlets españoles representan poco más del 2% del total de centros comerciales.
Un fenómeno con un cuarto de siglo de vida
Los outlets nacieron para que las grandes empresas colocaran el excedente que sus tiendas oficiales no vendían durante la temporada. Iniciaron su andadura en 1992 en el sector textil. A día de hoy, el fenómeno outlet se da en casi todos los productos, desde joyería hasta electrodomésticos. También en todos los canales, incluido Internet.
Para aprovechar esta nueva forma de vender, grandes marcas como Zara y Pepe Jeans fueron las primeras en crear sus propios canales de distribución de excedentes de temporada. Productos que van a parar a las franquicias de outlets a un precio, en ocasiones, hasta un 70% más baratos.
Además, muchas franquicias han descubierto las ventajas de ubicar sus futuras nuevas tiendas en este tipo de superficies. Entre ellas, Nenuco, Purificación García, Adolfo Domínguez, Amichi, Sun Planet, Mango, Caramelo o Etam Lingerie. Además, muchas de las grandes firmas, como Roberto Verino, Florentino, Ray-Ban, Pedro del Hierro, Milano, Pierre Cardin o Calvin Klein, también están presentes en estos centros de distribución low cost.
Por su parte, las franquicias de restauración tienen un papel importante en este tipo de superficies. Sobre todo las de fast food, debido a que el cliente necesita comer rápido para continuar con las compras.
Outlets a modo de macrocomplejos
Las propias franquicias buscan instalarse en los complejos de outlets que operan en España. Para ello, llegan a un acuerdo con la empresa que los gestiona para operar en ellos. El precio viene marcado por diferentes factores, aunque estos emplazamientos suelen ser más baratos, ya que el coste de abrir una tienda allí se puede cubrir con el 15% de las ventas que factura el establecimiento anualmente.
El primer outlet que comenzó a funcionar en España llegó hace 20 años de la mano de Neinver a Las Rozas (Madrid). En la actualidad, esta inmobiliaria internacional es propietaria de los más importantes outlets del país: The Style Outlets y Factory.
Por otra parte, han proliferado los outlets online, más conocidos como ventas privadas. Los descuentos pueden llegar a ser verdaderamente altos, hasta un 70%, y los gastos de envío no llegan a los 10 euros, por lo que son compras rentables. BuyVip, Privalia, Vente Privee o VipVenta son algunos de los portales más famosos que se dedican al outlet online, con un gran éxito de visitas y compras.
Una nueva oportunidad para los inversores interesados en poner en marcha una franquicia, adoptando este tipo de fórmula mágica. Y es que supone un beneficio para el cliente (que compra más barato), la empresa (que da salida a sus excedentes) y el propio socio (que recibe una gran afluencia de público animado por los atractivos precios).