El sector del dulce es uno de los que más ha crecido. Según datos de la Asociación Española del Dulce (Produlce), en 2015 fabricó 1,33 millones de toneladas de dulces. Esto implica un crecimiento interanual del 2%. Un mercado donde las franquicias de golosinas y las tiendas de compra por impulso cosechan la mayoría de las ventas.
La facturación del sector del dulce creció en 2015 un 2,8%, hasta los 4.612 millones de euros. Esto representa, según Produlce, el 0,43% del PIB nacional. Además, sitúa al sector como el séptimo de la industria alimentaria y el quinto en términos de exportación. De hecho, el volumen de exportación del sector del dulce aumentó un 4%. Esto es, 469.769 toneladas, con un valor de venta de 1.198 millones de euros. En términos porcentuales, las ventas suponen un 4,1% más que un año antes. Además, duplican las cifras del mercado nacional.
En este sentido, el consumo por persona en 2015 fue de 23,96 kilos. Si desglosamos este dato, encontramos que la mayor parte del consumo (8,73 kg) fue en la categoría de galletas. Le siguieron cacao y chocolate (7,19), pastelería y bollería (4,24) chicles y caramelos (3,22) y turrones y mazapanes (0,58 kg).
Un sector en continua evolución
El placer de disfrutar de unas gominolas o de un trozo de chocolate es una moda que traspasa edades. Cautiva, cada vez más, a mayores. Las franquicias de golosinas gozan de buena salud, tras el lastre que trajeron los años más duros de la crisis. Y todo gracias a las grandes dosis de innovación y al desarrollo de nuevos productos. Los chocolates y las galletas son los segmentos con más novedades por año. Por su parte, en bollería y chicles la innovación influye de forma más directa.
Placer, sabor y comodidad son los valores que las franquicias de alimentación utilizan para desarrollar los nuevos lanzamientos. A estos tres ejes se les une la necesidad de desarrollar novedades dirigidas a reducidos colectivos de población. Son los llamados micro-targets: adolescentes, familias sin hijos, singles o inmigrantes.
Destacar que el aumento de la población inmigrante ha contribuido en gran medida al crecimiento del sector del dulce. Ésta gasta hasta un 40% más que el resto de españoles en chocolate, repostería, galletas, helados o galletas. Son compradores más impulsivos que buscan novedades. Y esto anima a los fabricantes y a las franquicias de golosinas a apostar por nuevos productos.
Al tiempo, los hábitos de consumo de los españoles han evolucionado hacia una alimentación más saludable. Por ello, las franquicias de la industria alimentaria apuestan por ingredientes funcionales en sus productos. En el ámbito de la confitería, cabe destacar que España lidera el consumo de caramelos sin azúcar a nivel mundial.
El éxito de las franquicias de golosinas
Un emprendedor que quiera formar parte de una franquicia de golosinas debe tener en cuenta una serie de factores positivos:
• Calidad y exclusividad. Es imprescindible ofrecer a los clientes una calidad en el producto que se comercializa. Y es que la mayoría de los consumidores son menores de edad o, en su defecto, madres. Por ello, garantizar calidad es fundamental para captar clientela. La exclusividad de los productos es un factor que beneficia al empresario por ofrecer productos diferentes de lo que se encuentra en la competencia, garantizando la asiduidad de los consumidores.
• Variedad de productos. Otro factor imprescindible para aumentar la clientela. La venta exclusiva de dulces limita los beneficios. Por ello, vender también frutos secos, aperitivos, chocolates y productos al peso es más ventajoso. El consumidor se siente atraído por un gran surtido. De esta forma, se abarca a un amplio público objetivo que engloba desde los más jóvenes hasta personas adultas que se consienten un capricho de vez en cuando.
• Atención al cliente. Una de las claves fundamentales para el éxito. Es vital cuidar la formación de los empleados de una franquicia, para que sean capaces de ofrecer un servicio de calidad y personalizado a cada cliente. Mantener en todo momento una “sonrisa ante el cliente”, hace que comprar en esa tienda sea una experiencia agradable y cercana. Y esto aporta valor añadido en la relación con el cliente.
• Reconocimiento de la marca. La consolidación de la imagen de marca, en un sector altamente competitivo como el de los dulces, es un objetivo a perseguir por las enseñas que quieran obtener buenos resultados. El saber hacer hace de la franquicia una tienda sólida, capaz de ofrecer una amplia gama de productos y un servicio de atención al cliente personalizado y de calidad.
Un negocio muy dulce y con grandes expectativas
Dentro del sector del dulce, las franquicias de golosinas también viven momentos de expansión. Como característica general, hay que destacar que sus establecimientos tienen que aprovechar al máximo su espacio, por lo que solemos hablar de pequeños locales para este tipo de cadenas.
Sin duda, existe un gran número de cadenas que ofrecen una dulce inversión para aquellos interesados en entrar en el mundo de la franquicia, a través de un concepto tradicional en proceso de modernización, un mercado por ampliar y con buenas perspectivas de futuro.
De cara al futuro, las franquicias de golosinas se enfrentan al reto de adaptar sus productos y formatos de venta a un público de edad más avanzada, ampliando el target de posibles consumidores. Este sector tiene en la moda del snaking un gran aliado, ya que muchos adultos, gracias a la costumbre de “picar entre horas”, adquieren productos que se comercializan en estos establecimientos.